¿Te imaginas hacer un pastel con un horno de madera? ¿Y si todo lo que nosotros consideramos básico no existiera? Batidoras, levaduras, harinas refinadas, azúcar, canela…
Esta semana cogí mi antiguo libro United Cakes of America y me topé con un Bundt Cake de vainilla con glaseado de limón originario de Alabama.
La receta cuenta la historia de una señora llamada Abby Fisher que cocinaba pasteles desde una ciudad cerca de Montgomery por allá en 1800. Ella fue la primera Afro-Americana a la que le permitieron publicar sus recetas (no sabía ni leer ni escribir pero sabía un par de cosillas de cocina y se las apañó con el dictado).
Y mientras me las arreglaba con el pastel, me pregunté muchas veces cómo lo harían sin nada de lo que yo dispongo en mi cocina porque realmente el pastel es dedicado.
La receta es especial, el color es bonito, la textura es muy delicada, quizá porque no lleva yemas de huevo, pero pobre Abby si se tuvo que apañar con un tenedor…
Si buscáis algo especial, quizá para un cumpleaños, y tenéis tiempo, este Bundt Cake es muy recomendable. Allá voy:
Ingredientes para el merengue:
- 6 claras de huevo
- 50 gramos de azúcar
Ingredientes para el bizcocho:
- 225 gramos de harina
- Una cucharadita de levadura
- 1 pellizco de sal
- 45 ml de leche
- 1 cucharada de postre de extracto de vainilla
- 225 gramos de mantequilla
- 150 gramos de azúcar glass
Ingredientes para el glaseado:
- 125 ml de agua
- 100 gramos de azúcar glass
- 3 cucharadas soperas de jugo de limón
- 1 cucharada de extracto de vainilla
Pasos de la receta:
Precalentamos el horno a 190º.
Batimos las seis claras de huevo con el azúcar. Lo batimos en un bol de metal que esté muy limpio. Muy limpio, repito, como ya sabéis las claras son más que caprichosas, son odiosas. El bol mejor que sea de metal y dejadlo enfriar en la nevera antes, para que cuide de las claras. Yo le eché la mitad del azúcar al inicio y el resto lo fui echando poco a poco.
Tengo que decir que lo batí con la Kitchen Aid y todo salió bien la primera de modo solo gasté 6 claras de huevo. Si alguien lo prueba y las claras se aguan o simplemente deciden a la mitad del batido que es momento de bajar, por favor no os acordéis de mi.
El merengue tiene que quedar consistente, a punto de merengue italiano que dicen, con unos buenos picos y que al girar el bol no caiga. Preservamos el merengue en la nevera y pasamos a preparar el resto.
Batimos la mantequilla que deberá estar a temperatura ambiente con el azúcar.
Nota para los puristas de azúcar: yo siempre había oído decir que la mantequilla de la masa no se debe hacer con azúcar glass porque juega en contra para que el bizcocho sea esponjoso, con sus burbujitas de aire y esas cosas. En este caso, como era una receta sacada de un libro americano lo seguí paso a paso y tengo que decir que el bizcocho salió esponjoso, burbujitas de aire incluidas.
La mantequilla sabremos que está a temperatura ambiente si presionamos un poquito con un dedo y este se nos hunde. Cuidado en dejarla al sol de verano porque entonces pierde su textura.
Mezclamos bien la mantequilla con el azúcar hasta que nos quede una masa blanquecina y aproximadamente haya doblado su volumen inicial. Añadimos la leche y la vainilla y seguimos batiendo.
Preparamos a parte la harina, que tamizaremos tres veces (en este punto pensad en la pobre Abby si no os habéis acordado de ella en el paso del merengue) y mezclaremos muy bien con la levadura, para que el pastel crezca por igual en el molde.
Añadimos la harina y la levadura a la masa y la mezclamos con la espumadera para que coja aire. Sin machacar mucho la masa, en cuanto la harina no se vea dejamos de revolver.
Vertemos toda la masa en un molde de bundt cake previamente engrasado.
Un truco: cuando engraséis el molde hacedlo de abajo hacia arriba, para indicarle a la masa el camino. Podéis utilizar spray de aceite de oliva y extenderlo con una brocha de silicona o utilizar mantequilla y extenderlo con un papelito de cocina.
Vertemos la masa en el molde dejando que caiga por un único lugar y se vaya extendiendo. La acabamos de ayudar con una espátula y alisamos la mezcla. Podéis menear suavemente el molde de arriba abajo para asegurarnos que cubre todas las hendiduras. Si tenéis un molde metálico os será más sencillo. Yo en mi caso utilizo siempre uno de silicona con aro y es un pelín más complicado porque la masa pesa más.
Para los que os estrenáis en el Bundt Cake: ni se os ocurra comprar un molde en los chinos, uno de esos baratos que encuentras mientras buscas otra cosa y exclamas “mira que bien que voy a hacer un Bundt Cake”. El motivo es sencillo: el Bundt Cake pesa mucho y antes que coronéis el minuto diez en el horno el molde de los chinos habrá cedido y tendréis Bundt Cake por todo el horno… :(
Horneáis la masa 40 minutos a 190 grados y la sacáis cuando al pincharla con un palito este salga completamente limpio. Lo dejáis reposar 10 minutos sobre una rejilla.
No lo dejéis menos tiempo. Respetad el tiempo de enfriado para que la masa se despegue bien del molde cuando desmoldéis el pastel. Tampoco es necesario que lo dejéis mucho más tiempo.
Para el glaseado de limón mezcláis el agua con el azúcar, el jugo de limón y el extracto de vainilla. Lo podéis hacer en frío, no es lo mismo que preparar almíbar. Lo extendéis por la masa.
Antes de servir espolvoread azúcar glass sobre la parte superior del pastel. Os quedará más bonito.
Nosotros nos tomamos el pastel en un santiamén aunque éramos 8. Es contundente pero muy suave, con una masa muy fina que diría mi madre :)
¡Que aproveche!
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